¡Y se nos viene el Día de la Madre!
Por Gonzalo Cruzat Bizama.- A pasos agigantados se nos aproxima el día tal vez más importante para todos los hijos e hijas del mundo: El Día de la Madre, el próximo 10 de mayo, fecha en que se celebra en Chile y en numerosos otros países: el segundo domingo de mayo
Sin duda, debería ser un día muy especial para quienes tienen la dicha de tener a su madre viva y poder disfrutar, no solo de su compañía, sino que de recibir también las caricias de sus tiernas manos y el abrazo y el beso, a través de los cuales solo una madre sabe entregar lo más bello, lo más tierno y lo más sublime, como es el amor materno.
Sin embargo, el mundo entero está sometido a una pandemia y Chile no es una excepción, y todos sus habitantes tenemos la obligación de combatir a ese enemigo, el coronavirus, conforme a las normativas que nos establece la autoridad sanitaria.
Ante tal situación, el Día de la Madre tendrá que celebrarse y rendirles a nuestras madres el siempre muy merecido homenaje de sus hijos.
A pesar de la situación existente, todo está siendo preparado para que ello se cumpla. Especialmente, la compra del regalo, que forma parte muy importante de esta celebración y así lo han entendido siempre las casas comerciales… Pero en esta oportunidad la entrega del regalo y el saludo tiene que sujetarse a las normas establecidas… Caso contrario, el abrazo a la madre pudiera ser como “el abrazo del oso”, porque el corona virus puede hacerse presente, como el invitado de piedra.
DÍA DEL RECUERDO
Distinta es la conmemoración del Día de la Madre, cuando ésta ya no está. Se ha ido para siempre, pero ha dejado los recuerdos, que para sus hijos o hijas, ese día puede ser maravilloso, porque recordar los momentos importantes vividos con la madre, es como estar con ella, conversar con ella y, contarle lo que es su vida.
Así, una hija adulta mayor, perteneciente a la llamada Cuarta Edad, que como todas las personas mayores lo están pasando mal, recuerda a su madre y le cuenta lo que pasa con su vida:
¡ Madre ¡
El cansancio de vivir me agobia.
Los caminos diseñados, los recorrí.
Pasaron los inviernos y las primaveras.
Volaron las hojas del calendario y el
tiempo se fue.
¡Madre! .. El invierno me abraza!
Como si fuera algo suyo.
Añoro los días de sol,
el canto de las aves
y el piar de los pájaros.
¡Madre!.. Tengo hambre y frío de tu ternura!
Miedo de caminar por senderos de egoísmo y de dolor.
¡Madre!…El invierno me abraza.
¡Madre!…¡Estoy cansada!
¡Déjame….Dormir en tus brazos!.
(S. O. P)