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¿Qué será de nuestros adultos mayores?

Por Gonzalo Cruzat Bizama.- ¿Qué será de los adultos mayores de nuestro país?. La respuesta es muy simple: Todos, hombres y mujeres, que conformamos la tercera y cuarta edad,  desde hace un año hemos estado sufriendo las mismas vicisitudes.

 Primero, por  el estallido social, cuya protesta ciudadana, realizada a lo largo y ancho del país, se convirtió en una muestra de barbarie, puesto que con el uso del fuego, se quiso imponer un mejoramiento de las condiciones de vida de una mayoría de la población. Esa protesta, que conllevó mucha  violencia, no ha logrado su objetivo, sino que, por el contrario, ha sido la aceleradora del sufrimiento de una mayoría de la población, principalmente de las personas mayores con un daño enorme para el país.

Pareciera que de tal situación,  aún no se ha logrado tomar conciencia, tal vez porque desde hace seis meses la pandemia del coronavirus no ha dado tregua al mundo y nuestro país no ha sido una excepción. Pareciera que la vida no fuera  muy importante, a pesar de los esfuerzos con que las autoridades, los especialistas y los funcionarios de salud luchan día a día por salvarla, aunque sea mediante prolongados encierros, como a los que se nos somete a los adultos mayores. De todos modos, este sacrificio vale la pena, porque seguimos vivos.

PROMESAS OLVIDADAS

Estas dos situaciones: el estallido y la pandemia,  han sido muy dolorosos para nuestro país y sus habitantes, pero muy en especial para las personas mayores, porque no hay nada peor que sentirse olvidado.

Sí, hace un año,  el Gobierno y los organismos del Estado, encargados de velar por el bienestar de las personas mayores, paralizaron las distintas iniciativas  que impulsaban para mejorar las condiciones de vida de más de tres millones de personas mayores de 60 años.

El gobierno y el Congreso se olvidaron de las numerosas promesas hechas para los adultos mayores. En Octubre del año pasado quedó listo el proyecto de Ley  Integral del Adulto Mayor para enviarlo  a trámite legislativo,  cuyo texto contiene varias normas para mejorar las condiciones de vida de  las personas mayores. Ya pasó un año y dicho proyecto se quedó “durmiendo” fuera del Parlamento. Además, la ley que establece la prioridad para la atención de salud de las personas mayores ha pasado  a ser “letra muerta”, debido a que la pandemia se ha apoderado de la atención de salud, dado que en ella está en juego la vida de las personas.  En el caso de los adultos de mayor edad, la solución  establecida es el encierro obligado, para evitar el contagio.

Resulta curioso que para el 25 de octubre próximo a las personas mayores se les pida que ese día dejen su encierro para concurrir a votar sobre el Sí o el No para el  proceso constitucional, el cual pareciera no tener ninguna importancia para terminar con el malvado virus.

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