Trabajadores de la Salud: Heroínas y héroes de la pandemia viven más que del merecido aplauso
Por Gonzalo Cruzat Bizama.- La conmemoración del Día Mundial de La Salud, el 7 de abril recién pasado, no fue motivo de celebración ni de fiesta, de parte de la población del mundo, si no de meditación, de preocupación. Su anhelo es la salud. Con ciudades silenciosas y sus calles vacías, protegiéndose del avance de la pandemia del coronavirus.
El Día Mundial de la Salud, fue instituido el 7 de abril de 1948, junto con la creación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El Director del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en una breve rueda de prensa en Ginebra, dijo que la celebración fue distinta a años anteriores, porque se puso el énfasis en la contribución que realizan los trabajadores de la salud, “que han estado al frente de la batalla contra el coronavirus”.
El Director de la OSM dijo que una de las lecciones que espera que el mundo aprenda del coronavirus “es invertir en trabajadores de la salud, no sólo para proteger vidas, sino también para proteger estilos de vida”. En ese sentido, destacó que el mundo está observando el papel fundamental que juegan los trabajadores de la salud.
Sin duda, ese extraordinario esfuerzo y entrega en pro de una causa tan importante y noble, como es proteger la vida de la población, incluso exponiendo la propia, tuvo al término de la conmemoración del Día Mundial de la Salud, el merecido agradecimiento de los habitantes del planeta, con un fuerte y prolongado aplauso, para las heroínas y héroes de la batalla contra un enemigo duro de vencer.
Sin duda que los trabajadores de la salud, a lo menos los chilenos, se merecen más que un prolongado aplauso: Un reconocimiento efectivo a su desempeño; elementos adecuados para su protección; jornadas o turnos de trabajo con reemplazos y remuneraciones de acuerdo a su desempeño y expuestos que están en el cumplimiento de su trabajo. Podríamos recordar el dicho que “nadie vive de los aplausos”