Cuando vejez y recuerdos caminan juntos, los ancianos son felices
Por Gonzalo Cruzat Bizama.- En la lectura casi obligada que impone la pandemia del coronavirus, me encontré con un libro, principalmente de poemas, que tiene por título “La llegada del invierno”, dedicado a los adultos mayores, principalmente para aquellas personas que han recorrido un largo camino de su existencia, y ven cómo su vida se va acortando y cómo aparecen sombras, las que en ese caminar se transforman en recuerdos y en la medida que se van presentando, su vida se apoya en ellos.
La autora de este libro, la adulta mayor, Sonia Osten, dice que en la senda del vivir , la vejez y los recuerdos siempre irán caminando juntos, porque son los motores que alimentan las esperanzas, cuando el camino se va acortando. Y así el anciano camina por la vida feliz con ellos, porque son los que consuelan el alma con nuevas alegrías y lo hacen recordar antiguos tiempos pasados, que lo llevan apreciar mejor el camino recorrido y se transforman en motores que apoyaran su lucha diaria por seguir existiendo, alimentando nuevos sueños y nuevas esperanzas.
La autora sostiene que se debe recordar permanentemente que no hay personas viejas, porque es el cuerpo el que envejece, pero no el alma, porque ella se mantiene siempre joven y siempre dispuesta a amar de nuevo. Y Agrega; “Sigue caminando, amando y soñando, aunque el vulgo te llame “viejo”.
CAMINANDO JUNTOS
Cuando ya estamos viejos y cansados de vivir la vida
nos hemos de sentar juntos en el jardín.
Y hablaremos de otros tiempos vividos.
Tú me hablaras de tus sueños e ilusiones
Yo de los sueños perdidos.
Y de cuantas cosas que en la vida hicimos.
Más hoy el jardín luce desierto
Los años nos han bajado del pedestal de los sueños.
Lo que un día forjamos solo son hoy recuerdos
que añoran otros tiempos vividos.
Pero aún permanecemos aquí
Con nuestros dolores y penas,
Mientras el jardín languidece al vernos
¡Tan viejos, tan solos y tan tristes!
A pesar de todo, todavía estamos juntos…..