Brecha digital y elecciones presidenciales: obstáculo para los adultos mayores
Por María Luisa Gallardo.- A medida que Chile se acerca a un nuevo ciclo presidencial, la brecha digital vuelve a instalarse como un factor determinante para la participación electoral de las personas mayores. Aunque el país ha avanzado en conectividad, los adultos mayores siguen sin las herramientas necesarias para desenvolverse en un sistema político cada vez más digitalizado.
Según el Observatorio del Envejecimiento Confuturo, si bien el 88% de los hogares con personas mayores tiene acceso a Internet, solo un 42% declara usarlo de manera regular. El mismo estudio advierte que apenas un 1% de los mayores se considera usuario “experto” y que, en zonas como Ñuble, Maule o Los Lagos, cerca del 20% de los hogares donde vive al menos una persona mayor aún no cuenta con conexión. El acceso desigual se hace más evidente en sectores rurales, donde el uso de teléfonos inteligentes y la navegación cotidiana en la web son más bajos, dificultando la participación en plataformas estatales y espacios digitales de información.
Este escenario adquiere relevancia justamente en períodos electorales. La mayor parte de la comunicación de los candidatos, desde la difusión de programas hasta la transmisión de debates ocurre en redes sociales y canales digitales. Para quienes no se sienten cómodos con estas herramientas, acceder a la misma información que el resto se vuelve un desafío. La falta de habilidades digitales también aumenta la exposición a contenidos engañosos, situación que especialistas han descrito como un riesgo para la autonomía electoral de los mayores.
A esto se suma otro punto,la digitalización de trámites. Cada vez más gestiones del Estado vinculadas al proceso electoral; desde la revisión del registro electoral hasta servicios que requieren Clave Única; se realizan por internet. Sin embargo, diversos reportes muestran que un número significativo de personas mayores aún no maneja adecuadamente dicha plataforma, limitando su acceso a información oficial en momentos clave.
El desafío, es doble, por un lado, garantizar que los adultos mayores reciban información electoral clara y en múltiples formatos y por otro, ofrecerles herramientas para desenvolverse en el entorno digital sin depender de terceros. Aun cuando este grupo etario mantiene tradicionalmente altas tasas de participación, las elecciones presidenciales actuales requieren habilidades que hace una década no eran indispensables.
En un país que envejece con rapidez, cerrar la brecha digital no es únicamente una meta social. Es una condición para asegurar que las personas mayores participen plenamente en las decisiones que definen el futuro político del país. Y, sobre todo, para que ninguna barrera, ni física ni digital, las deje al margen de la democracia.
