Un adulto mayor con alzheimer igual sigue sintiendo el afecto, las emociones y los gestos de cariño
Por María Luisa Gallardo.- Convivir con un adulto mayor diagnosticado con Alzheimer es un desafío creciente para miles de familias chilenas. Más allá del impacto médico y cognitivo, esta condición transforma la vida cotidiana de quienes la enfrentan, modificando rutinas, relaciones y formas de comunicación. Según datos del Ministerio de Salud y la Corporación Profesional Alzheimer y otras Demencias (COPRAD), en Chile existen cerca de 200 mil personas que viven con algún tipo de demencia, siendo el Alzheimer la más frecuente.
A nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más de 55 millones de personas padecen demencia, y cada año se registran casi 10 millones de nuevos casos. En este contexto, comprender cómo se vive con un adulto mayor afectado por esta enfermedad resulta fundamental para visibilizar no solo su realidad, sino también la de sus cuidadores, quienes muchas veces asumen una labor silenciosa y desgastante.
El impacto de la enfermedad
El Alzheimer provoca un deterioro progresivo de la memoria, el pensamiento y la orientación, afectando la autonomía de la persona mayor y su capacidad para desenvolverse en la vida diaria. Sin embargo, los efectos no se limitan solo al paciente, ya que, alcanzan de forma directa a su entorno cercano.

Los cuidadores, en su mayoría familiares directos, enfrentan largas jornadas de atención que abarcan desde el aseo personal y la alimentación hasta el manejo de episodios de confusión o agitación. Según cifras de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), más del 80 % de las personas con Alzheimer son atendidas en casa, generalmente por mujeres mayores de 50 años.
Costo emocional del cuidado
A nivel psicológico, los cuidadores suelen experimentar altos niveles de estrés, ansiedad y agotamiento emocional. Un informe del National Institute on Aging indica que cerca del 40 % de quienes cuidan a personas con demencia desarrollan síntomas de depresión. En Chile, esta tendencia se replica, ya que muchas familias enfrentan el proceso sin redes de apoyo, recursos formales ni orientación profesional.
“Es un tipo de cuidado que no tiene pausas”, señala Gloria Hernandez, esposa de Don Carlos, quien padece de alzheimer . “El cansancio se acumula, y es común que uno descuide su propia salud. Por eso, la educación y la contención emocional son tan importantes como la atención médica de quien padece la enfermedad”.
Estrategias para una mejor convivencia
Vivir con un adulto mayor que padece Alzheimer requiere construir una rutina estructurada, comprensiva y emocionalmente segura. Entre las principales recomendaciones entregadas por especialistas destacan:
- Establecer rutinas diarias: Mantener horarios regulares para comer, dormir y realizar actividades ayuda a reducir la ansiedad y la confusión.
- Adaptar el entorno: Eliminar riesgos domésticos y asegurar espacios bien iluminados favorece la autonomía del adulto mayor.
- Comunicar con empatía: Evitar correcciones bruscas y usar un lenguaje claro y pausado facilita la comprensión y disminuye la frustración.
- Fomentar la conexión emocional: Escuchar música, revisar fotografías o mantener pequeñas tradiciones permite mantener un vínculo afectivo incluso cuando las palabras se desvanecen.
- Cuidar al cuidador: Solicitar ayuda, distribuir responsabilidades familiares y contar con apoyo psicológico resulta fundamental para sostener el proceso a largo plazo.
Más allá del olvido
Los especialistas coinciden en que, aunque la persona mayor pueda olvidar nombres o lugares, conserva la capacidad de sentir afecto, de reconocer gestos y de conectar con la calidez del entorno.
“Muchas veces, un abrazo o una melodía logran más que mil palabras”, comenta Hernández . “El alzheimer puede borrar recuerdos, pero no borra la sensibilidad humana, lo esencial sigue ahí”.
Vivir con un adulto mayor que padece alzheimer exige coraje, paciencia y comprensión. Implica transformar la manera de cuidar y de amar, entendiendo que la memoria no siempre son recuerdos.


